Desde 2007, el Gobierno del Perú vienen presentando el “Modelo o Milagro de San Martín” como el camino a seguir para restringir la oferta de drogas en una zona focalizada del país, anteriormente acosada por cultivos de coca, subversión terrorista, ausencia del Estado y daños ecológicos. Sin desconocer sus éxitos de corto plazo, sostenemos que este modelo no es nuevo, y no es imitable ni sostenible en el tiempo. Además, el modelo no es sustentable ecológicamente, y deja intactos los ‘síndromes del desarrollo alternativo’.
Conclusiones y Recomendaciones
• Aplicar la reducción de daños en el ámbito de los cultivos, con un desarrollo humano sostenible inclusivo - con la gente y con la coca legal- que respete las culturas y saberes locales, proteja la ecología, maneje los recursos naturales, y que fortalezca la institucionalidad social y pública.
• Promover un sistema de crédito eficiente, no usurero; proporcionar asistencia técnica permanente, y ofrecer precios de refugio para protegerse de los vaivenes de los precios internacionales.
• Cambiar la estrategia de exportación por una estrategia de mercados interiores, no poner como precondición para el desarrollo la erradicación de cultivos, forzosa o ‘voluntaria’ y, dialogar con los agricultores sobre cultivos y economías alternativas, en zonas que son principalmente de aptitud forestal, agro-forestal y de ecoturismo.
• El Estado y la cooperación internacional deben facilitar y promover, más que donaciones y subsidios ciegos o indirectos, la inversión privada nacional y extranjera en las zonas cocaleras a través del impulso de sistemas de agricultura por contrato y creación de “clusters” o conglomerados territoriales que garanticen competitividad de actividades diversas, que no sólo deberían ser agropecuarias, sino de generación de ingresos familiares alternativos a los de la producción de coca con fines ilícitos.
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