Cada demanda razonable por parte de las organizaciones sociales de base —como por ejemplo, la protección medioambiental o mejores condiciones laborales— se enfrentará a un regimiento de economistas dogmáticos dispuestos a afirmar que tales demandas prueban que desconocen la economía, ya que las demandas populares socavarían la presunta eficiencia de los mercados. Como es nat- ural, los medios y think tanks financiados por las corporaciones actuarán de poderoso portavoz de los econ- omistas, capaz de ahogar los mensajes de los movimientos sociales. Este texto está escrito con la esperanza de que los ejemplos contemporáneos e históricos del apoyo injustificado al poder corporativo por parte de los economistas contribuyan a disminuir la influencia destructiva de la disciplina de la economía en el avance de los movimientos sociales.
Este ensayo forma parte del informe Estado del poder 2015.