La historia de Highland Park
Highland Park es una ciudad de ocho kilómetros cuadrados dentro de la metrópoli más amplia de Detroit. Fundada a principios del siglo pasado, es conocida principalmente por el magnate automovilístico Henry Ford y la planta donde se fabricaba el modelo T, ubicada en el lugar con anterioridad. Fue también la sede mundial de otra empresa automovilística de alto perfil, Chrysler. Menos conocida es su historia como centro de actividad supremacista blanca en la década de 1930, propiciada por las iniciativas racistas y antisemitas del propio Ford para crear una ciudad empresarial de supremacía blanca.
En el transcurso del siglo XX, la demografía de la ciudad pasó de caracterizarse por una mayoría blanca a mayoría negra y, durante un breve período, Highland Park fue un centro de prosperidad para la comunidad negra. Sin embargo, la pérdida de Ford primero y, más tarde, de Chrysler provocó una gran recesión demográfica y económica. A principios del siglo XXI, Highland Park era una de muchas ciudades de mayoría negra de Michigan que luchaba contra la austeridad, las prácticas antidemocráticas desplegadas por el estado ―como la gestión de las emergencias― y la pérdida del control público de los principales activos, como el abastecimiento de agua y el sistema educativo público.
En 2011, DTE Energy, el monopolio de inversión privada que controla la infraestructura energética del sureste de Michigan, procedió a una ejecución forzosa y se hizo con la propiedad de más de 1000 farolas en Highland Park, para aliviar una deuda de cuatro millones de dólares en concepto de facturas eléctricas sin pagar acumuladas a lo largo de muchos años. Para poner esto en contexto, la deuda de la ciudad con la empresa era notablemente menor que la remuneración de aquel año del director general de DTE, Gerard Anderson: 5,4 millones de dólares
A pesar de que este fue solo uno de la larga serie de ataques atroces contra la ciudadanía de Highland Park, la ejecución forzosa fue un hecho que se conoció públicamente y proporcionó un terreno fértil para la organización de la comunidad. Fue en este marco en el que nació Soulardarity.
La ejecución forzosa dio lugar a que las personas residentes en Highland Park consiguiesen sus propias farolas solares. Pero obligó también a la comunidad a examinar el tema más profundo de cómo DTE ha tratado a los residentes. Una encuesta realizada por Soulardarity en 2017 entre 70 hogares de Highland Park mostró que casi la mitad de las personas encuestadas tenía dificultades para pagar la factura de la luz. Una cuarta parte de las personas encuestadas había sufrido cortes de luz o gas, la mayoría de ellas durante los fríos meses invernales de Michigan. No obstante, DTE ha propuesto aún mayores subidas de precios para generar un dinero que destina principalmente a mantener sus actuales centrales de carbón, construir nuevas instalaciones de combustibles fósiles y pagar cantidades millonarias a sus directores generales.
La propiedad colectiva para desbaratar el racismo y el capitalismo
La supremacía blanca y el capitalismo son las causas entrelazadas que provocan los impactos que se sienten sobre el terreno. El fomento del liderazgo y la educación en las comunidades negras y obreras son cruciales para construir poder y restaurar la democracia y la autodeterminación donde estas se hayan eliminado.
El monopolio de servicio de inversión privada utiliza directamente el poder del Estado y del sistema jurídico para garantizar sus beneficios. Sin embargo, hay pruebas claras de que, en la actualidad, las luchas locales de base para conseguir la propiedad colectiva pueden desbaratar estos sistemas y generar un cambio estructural. Por ejemplo, la gran empresa de servicios de inversión privada Xcel Energy anunció recientemente su transición hacia una energía 100 % limpia, gracias principalmente a los esfuerzos de municipalización de comunidades y políticos progresistas en Colorado (Boulder y Colorado Pueblo) y Minnesota (Minneapolis) para voler a someter los servicios energéticos al control público local.