Los escépticos apuntan, acertadamente, que los partidos políticos, sobre todo los de la oposición, dirían casi cualquier cosa para ganar votos en el periodo previo a las elecciones. Por este motivo, un espacio de discusión independiente como el TWT es primordial. Tuvieron lugar infinidad de debates sobre cómo crear una economía inclusiva, así como sobre democracia y responsabilidad pública. El contenido de las reflexiones fue concreto y la gente vio una oportunidad real para el cambio, si el Partido Laborista gana las próximas elecciones. Por supuesto, se dedicaron muchos esfuerzos para llevar a cabo cursos y talleres sobre la movilización de las bases y la organización de comunidades. El hecho de incluir exposiciones de arte, proyección de películas y otras actividades culturales hicieron que el TWT fuera muy atractivo para un público amplio.
El TWT también trató temas más generales que todavía no son prioritarios para el partido, como por ejemplo, qué hacer con los bancos. En 2018 se cumplen diez años de la última crisis financiera global. Los errores cometidos por las instituciones financieras, así como los riesgos que estas asumen, siguen repercutiendo en la sociedad, sin que se haya puesto en marcha una regulación al respecto. Las fuerzas neoliberales justificaron las políticas de austeridad extrema y los recortes sociales tanto en el Reino Unido como en el resto de Europa e incluso del mundo. Durante una sesión sobre finanzas en el TWT, la economista política Ann Pettifor afirmó que el “sector financiero es más poderoso y está más consolidado que nunca”.
Aunque se habla de bancos de desarrollo público regionales que invertirían en la economía real, el Partido Laborista no ha aportado medidas concretas para abordar el poder financiero que se concentra en la ciudad de Londres.
Michael Boberts, quien trabajó en Londres como economista, se mostró muy enfadado porque los bancos no trabajan para las personas y la economía real, sino que se ponen al servicio de las grandes empresas, los mercados financieros y los accionistas. Según Boberts, solamente el 5 % del dinero llega a la economía real y el resto es absorbido por los mercados financieros y la especulación. En estas circunstancias, la creación de bancos públicos no sería suficiente. Boberts argumentó que la banca debería ser un servicio público, al igual que el transporte, y no ve necesario integrar todos los bancos en un solo banco nacional público, sino más bien hacer que el sistema bancario sea gobernado democráticamente como un servicio público a través del cual el dinero vaya a parar a la economía real. El hecho es que nos enfrentamos a un sector financiero muy poderoso y extremadamente globalizado. Se trata de una ardua batalla que requerirá nuevos enfoques y propuestas de acción radicales.
Y finalmente está el brexit. Me dio la impresión de que el TWT eludió este controvertido tema conscientemente, mientras que el congreso del Partido Laborista no pudo evitarlo. El congreso aprobó una moción afirmando lo siguiente: “Si no conseguimos convocar elecciones generales, el Partido Laborista deberá apoyar todas las opciones que queden encima de la mesa, incluyendo hacer campaña a favor de una nueva votación popular”. En medio de un creciente llamamiento a un nuevo referéndum sobre el brexit, la prioridad sigue siendo unas nuevas elecciones generales, por lo menos para los máximos dirigentes del Partido Laborista.
A nadie sorprende que los grupos empresariales hayan atacado las políticas económicas socialistas del Partido Laborista, pues ven amenazados tanto su cómodo entorno empresarial como sus intereses particulares. También escuché críticas por parte de círculos de izquierdas que afirman que el Partido Laborista no es suficientemente radical ni internacional. En mi opinión, es muy fácil criticar y me pregunto si no sería mejor que, en lugar de censurar, la izquierda radical ofreciera su apoyo para favorecer una mayor unidad. A escala global, ¿qué otras oportunidades políticas existen de discutir sobre democracia y redistribución en favor de los trabajadores a nivel nacional? ¿Existen otras iniciativas tan serias y creíbles? El Partido Laborista actual ha creado realmente una oportunidad histórica para hacer frente a un sistema extremadamente neoliberal y afrontar la desigualdad, al mismo tiempo que abre nuevos debates sobre cómo debería ser una economía para la mayoría.
Me gusta verlo como una ocasión única. Después de todo, durante toda mi vida he presenciado el deterioro del Estado del bienestar y mis hijos solo conocen un mundo neoliberal. Los jóvenes de hoy no saben que la vivienda puede ser asequible y tienen pocas expectativas, a excepción de soñar con formar parte del 1 %.
Como dirían los británicos, solo me atrevo a soñar con políticas que se centren en los intereses de los trabajadores y las trabajadoras, y la gente corriente.