Las acciones del servicio de inteligencia argentino equivalen a una acusación, tanto hacia el TNI como a los numerosos/as periodistas que fueron objeto de ataques, de posibles "enemigos del Estado".
Tales acciones no tienen cabida en una democracia que valora el diálogo y el debate desde la sociedad civil sobre cuestiones de interés público. Sienta un precedente peligroso e intimidatorio para el ejercicio del derecho de la sociedad civil a observar e informar de manera libre sobre los procedimientos de las principales cumbres internacionales. Estas prácticas contribuyen a reducir el espacio de la disidencia para el correcto funcionamiento de la democracia.
Agradecemos los esfuerzos del actual gobierno para procesar este asunto, y exigimos que todos estos archivos sean destruidos inmediatamente.