La cuestión de la coca y los derechos indígenas surgió en términos más amplios en varias declaraciones y eventos paralelos, lo cual es una señal prometedora de que estos temas están atrayendo más atención en los debates sobre políticas de drogas a nivel mundial. Los intentos de introducir lenguaje más fuerte en defensa de los derechos indígenas en una resolución sobre el desarrollo alternativo suscitó horas de negociación en la Comisión Plenaria, que finalizó en una solución de compromiso débil con muchas reservas:
[Alentando] a los Estados Miembros a que, incluso en su labor encaminada a aplicar los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Alternativo, colaboren, según proceda, con los Pueblos Indígenas y las comunidades locales afectados por el cultivo ilícito y otras actividades ilícitas relacionadas con las drogas, con miras a formular y poner en práctica, incluido en el proceso de adopción de decisiones, de conformidad con la legislación nacional y el derecho internacional aplicable, políticas y medidas destinadas a promover el desarrollo alternativo sostenible, teniendo en cuenta su cultura, conocimientos y tradiciones1.
En un evento paralelo sobre la alineación de la política de drogas con los conocimientos y la práctica de los Pueblos Indígenas, Scott Wilson, del Aboriginal Drug & Alcohol Council de Australia, que participa activamente en la formación de la Alianza Indígena Internacional sobre Políticas de Drogas, instó a la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) a que estableciera un Comité Técnico Asesor Indígena y propuso que el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas elaborara una posición sobre la política de drogas. En un evento paralelo sobre prácticas relacionadas con plantas psicoactivas y derechos culturales se trató el proceso de examen crítico de la hoja de coca y la defensa en los tribunales españoles de los usos tradicionales de la hoja de coca. En el último día del período de sesiones de la Comisión de Estupefacientes, se llevó a cabo una consulta virtual sobre la situación jurídica de la hoja de coca a fin de discutir el proceso de examen crítico.
Colombia participó activamente en muchos frentes en la reunión de la CND. Por ejemplo, la embajadora de Colombia en Viena, Laura Gil, desempeñó un liderazgo fundamental en las negociaciones del documento final y las resoluciones, que dio lugar a la ruptura histórica del consenso de Viena. El Presidente de Colombia, Gustavo Petro, afirmó en su declaración por videoconferencia durante la sesión de apertura que “desperdiciamos dinero, convertimos a los indígenas y afros en nuestros enemigos, sacrificamos nuestro desarrollo por una guerra que querían otros”. “Las hojas de coca forman parte de nuestra historia”, añadió, “daremos oxígeno al campesinado que cultiva la hoja de coca” y sostuvo que continuaría la lucha contra organizaciones delictivas que lucran con el tráfico ilícito de cocaína.
Un representante de la Alianza Internacional Indígena sobre Políticas de Drogas, Diego Andrés Lugo-Vivas, de Cauca, Colombia, fue uno de los pocos oradores de la sociedad civil en el segmento de alto nivel. Habló sobre la gran escala de violencia contra los defensores de derechos humanos en Colombia, donde desde 2016 más de 1.200 dirigentes sociales han sido asesinados, entre ellos muchos dirigentes campesinos e indígenas. “La regulación de la coca”, afirmó, “debe perseguir la despenalización de los grupos más vulnerables (familias productoras, por un lado, y consumidores, por otro)”. En un evento paralelo sobre los usos lícitos de la hoja de coca, Andrés López, ex director del Fondo Nacional de Estupefacientes del Ministerio de Salud de Colombia, explicó las excepciones legales a la Convención que permiten los usos industriales de la coca; y Felipe Tascón, director del Programa de Desarrollo Alternativo de Colombia (PNIS), instó a “el necesario retiro de la coca del índex de la prohibición”.
En general, el proceso de examen crítico de la hoja de coca estuvo visiblemente presente en la sesión de la Comisión de Estupefacientes de marzo de 2024 y recibió importante apoyo de diversos actores del sistema de las Naciones Unidas y la sociedad civil. Aún quedan preguntas importantes por responder con respecto a si el examen de la OMS que está en curso puede abarcar las múltiples dimensiones del estatus de la hoja de coca dentro del sistema de tratados sobre estupefacientes de las Naciones Unidas. Pero el nivel de participación en la reciente sesión del CND envió una señal prometedora para el futuro.
Próximos eventos en 2024:
15 a 26 de abril, Nueva York, Naciones Unidas: 23° período de sesiones del Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas.
27 a 28 de abril, San Francisco, Estados Unidos: Conferencia Chacruna Psychedelic Culture 2024, incluye un panel sobre la hoja de coca
13 a 24 de mayo, Ginebra, Naciones Unidas: Conferencia diplomática de la OMPI sobre los recursos genéticos y los conocimientos tradicionales conexos
15 a 19 de mayo, Marrakech, Marruecos: 18° Congreso de la Sociedad Internacional de Etnobiología, Biodiversity & Cultural Landscapes: Decolonial, Indigenous and Local Perspectives, incluye un panel sobre la hoja de coca
14 a 18 de octubre, Ginebra, Naciones Unidas: 47a reunión del Comité de Expertos de la OMS en Farmacodependencia, incluye una audiencia pública sobre el proceso de examen crítico de la hoja de coca
21 de octubre a 1° de noviembre, Cali, Colombia: reunión de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP 16) de las Naciones Unidas, incluye la COP-5 del Protocolo de Nagoya