Los dos proyectos de energía renovable en la agenda de econormalización, Prosperity Green y ENLT-NewMed, fortalecen la imagen de Israel como un centro de tecnologías creativas de energía renovable. Al enaltecer a Israel en este sentido, la narrativa predominante omite que sus innovaciones en el sector energético se basan en el colonialismo energético (verde) en Palestina y el Jawlan. El colonialismo energético refiere a empresas y países extranjeros que saquean y explotan los recursos y tierras de países y comunidades del Sur global para generar energía para su uso y beneficio. Al perpetuar la dicotomía Norte/Sur, el colonialismo energético también causa estragos en la vida socioeconómica de las poblaciones locales en el Sur y a sus entornos. El colonialismo energético verde incluye la apropiación y el saqueo de fuentes de energía verde mientras se mantienen las mismas estructuras políticas, económicas y sociales de asimetría de poder entre el Norte y el Sur. El colonialismo energético está arraigado en el paradigma capitalista colonial de poder, explotación, deshumanización y alteridad, y persiste décadas después de que muchas partes del mundo ingresaran a la era poscolonial.28 En Palestina y el Jawlan, el colonialismo energético, incluso a través de fuentes de energía verde, es una faceta del colonialismo de asentamientos israelí. Israel lo utiliza como un medio, entre otros, para desposeer y confinar a los palestinos y a los habitantes del Jawlan (26 000 sirios que actualmente viven en el Jawlan ocupado por Israel) en enclaves cada vez más pequeños, al tiempo que expande la supremacía judeo-israelí en su tierra. Tanto Prosperity Green como ENLT-NewMed también pueden considerarse proyectos energéticos colonialistas que permiten a Israel continuar con su proyecto colonial de asentamiento y su poder geopolítico en Oriente Medio y el Norte de África, encubierto en una narrativa de ecoblanqueo.
Prosperity Green
De conformidad con las condiciones de Prosperity Green, Jordania venderá a Israel por 180 millones de dólares anuales toda la electricidad generada en el parque solar que se construirá en su territorio. Los ingresos se dividirán entre el Gobierno jordano y Masdar, la empresa emiratí que construirá el parque solar. La justificación es que Israel no necesitará utilizar su energía para operar la planta desalinizadora que suministrará a Jordania 200 millones de metros cúbicos de agua al año. Esto forma parte del objetivo israelí de fortalecer tanto su sector energético como el de desalinización de agua. La desalinización, a la que Israel pretende recurrir como su principal fuente de agua en 2030, es intensiva en energía y constituye un 3,4 por ciento de su consumo energético.29 Por lo tanto, Israel busca mejorar su acceso a fuentes alternativas de energía, y Prosperity Green ofrece una de esas fuentes.30
El convenio no permite que Jordania, cuyas importaciones de gas fósil abarcan un 75 por ciento de sus fuentes de energía, reciba energía del proyecto y aproveche su propio sector energético.31 Por lo tanto, aunque se extraerá la energía solar del país, su fuerte dependencia de la importación de gas fósil seguirá intacta. Jordania continuará recibiendo gas de Israel, que desde 2020, tras el infame acuerdo de gas de 2014 entre ambos países, se transformó en un importante exportador de gas fósil al país. Según el acuerdo por 10 000 millones de dólares, Leviatán, un yacimiento de gas natural en el Mediterráneo bajo control israelí, suministrará a Jordania 60 000 millones de metros cúbicos de gas durante 15 años.32 Por lo tanto, Jordania seguirá siendo rehén de las importaciones de gas natural (particularmente de Israel), mientras exporta su propia energía verde para recibir agua desalinizada de Israel.33
Debido al modo en que está diseñado para fortalecer el sector de energía renovable de Israel y, a la vez, mantener a Jordania dependiente de las fuentes de energía fósil israelíes, Prosperity Green es una forma de colonialismo energético o, más específicamente, de colonialismo verde. Esto se evidencia en el hecho de que la granja solar se construirá en Jordania y no en Israel. Considérese esta cita de Axios, un sitio web de noticias estadounidense, de 2021: «La lógica era que Israel necesita energía renovable pero carece del territorio para tener grandes parques solares, de los que Jordania dispone».34 Karine Elharrar, exministra de Energía de Israel, respalda ese análisis: «Jordania, que tiene una abundancia de espacios abiertos y luz solar, ayudará a impulsar la transición del Estado de Israel hacia la energía verde y a alcanzar los ambiciosos objetivos que hemos fijado, e Israel, que tiene una excelente tecnología de desalinización, ayudará a afrontar la escasez de agua en Jordania».35 Esta categorización jerárquica de la tierra, por la cual el desierto se percibe como inferior a la tierra cultivada o verde, está influida por el discurso sionista, que describe la creación de Israel sobre los restos de cientos de aldeas palestinas destruidas como una redención de la tierra.36 Dicho discurso busca legitimar y moralizar las acciones de Israel: retrata a Israel como un administrador moral y progresista de la eficiencia de la tierra, y no como un régimen inmoral de colonización de asentamiento y apartheid.
En línea con este discurso de ecoblanqueo y redención de la tierra, la construcción de la planta solar se considera un favor a Jordania: bajo los benéficos Acuerdos de Abraham, las tierras áridas e ‘improductivas’ de Jordania se volverán productivas gracias al desarrollo ambiental y la benevolencia de Israel. De hecho, Prosperity Green moraliza y legitima la apropiación de recursos verdes y el colonialismo verde como actos progresistas que merecen el elogio en lugar de la condena.
ENLT-NewMed
ENLT-NewMed también se presenta como un ejemplo de la superioridad ambiental y moral israelí sobre sus vecinos árabes, incluida Jordania. Después de llegar a un acuerdo para desarrollar proyectos energéticos con Jordania, Marruecos, los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Egipto, Bahréin y Omán, ENLT afirmó que el proyecto «pondrá de manifiesto la gran experiencia y pericia de las dos empresas israelíes en el campo de la energía».37 Poner de manifiesto la «experiencia» y la «pericia» de Israel oculta las experiencias de las luchas de Palestina y el Jawlan contra el colonialismo energético israelí. Aunque ENLT-NewMed se presenta como una ayuda para satisfacer las necesidades energéticas de siete países árabes, también debe entenderse como un acto de colonialismo energético, por dos motivos principales. En primer lugar, el objetivo de ENLT-NewMed es integrar aún más a Israel y situarlo en una posición dominante en las esferas económicas y energéticas de la región árabe, creando así nuevas dependencias (a través del acceso y el control de la energía) que promuevan la agenda de normalización y posicionen a Israel como un socio indispensable. En segundo lugar, permitirá a ENLT y NewMed, dos empresas profundamente involucradas en proyectos energéticos israelíes, normalizar y financiar sus actividades coloniales en la Palestina ocupada y el Jawlan. ENLT gestiona varios proyectos de energía renovable en el Jawlan, con el apoyo del Gobierno israelí, entre los que se incluyen Emek Habacha, Ruach Beresheet y Emek Haruchot. ENLT tiene una participación del 41 por ciento y del 60 por ciento, respectivamente, en los primeros dos proyectos,38 que son financiados por un consorcio liderado por el Banco Hapoalim, que figura en la base de datos de las Naciones Unidas de empresas que son cómplices de los asentamientos ilegales israelíes en Cisjordania.39 ENLT también está involucrada en proyectos de energía renovable en asentamientos ilegales en Cisjordania. Está desarrollando un proyecto de turbinas eólicas de 42 MW (en el cual tiene una participación de 50,15 por ciento) en el bosque de Yatir, que se encuentra en el desierto del Néguev y en partes de Cisjordania.40
Los proyectos de parques eólicos en el Jawlan y en partes de los territorios palestinos ocupados forman parte de los planes de Israel para reforzar sus fuentes de energía renovable. Los habitantes del Jawlan protestan desde hace años con el fin de reafirmar su soberanía sobre su tierra y sus recursos, y consideran que estos proyectos son otro instrumento israelí para apoderarse de su territorio.41 Israel ya controla el 95 por ciento del Jawlan, que administra en beneficio de cerca de 29 000 colonos israelíes que viven de manera ilegal en 35 asentamientos de la zona.42 Las turbinas eólicas, como proyecto colonial verde, alteran aún más la relación sostenible entre la población del Jawlan y su tierra: desde que comenzó su construcción, las autoridades israelíes restringieron el acceso de los habitantes del Jawlan a sus tierras agrícolas. Los proyectos afectarán 360 hectáreas de huertas de manzanas, uvas y cerezas pertenecientes a los habitantes del Jawlan. La lucha de estos habitantes contra los parques eólicos forma parte de una resistencia que ya lleva decenios contra la expulsión colonial provocada por los colonos, el saqueo de recursos y la negación de su soberanía e identidad autóctona en relación con la tierra.43
NewMed Energy, especializada en la extracción de gas natural del Mediterráneo Oriental, es tan cómplice como ENLT en consolidar el apartheid y el colonialismo de asentamiento israelíes. Anteriormente conocida como Delek Drilling, en 2022 cambió de nombre debido a su creciente actividad comercial en países árabes, principalmente en Jordania, los EAU y Egipto.44 NewMed Energy es pionera del sector de gas natural israelí en el Mediterráneo Oriental. La empresa participó en la mayoría de los descubrimientos de gas en el Mediterráneo realizados por Israel en los últimos 30 años. El más destacado fue el descubrimiento del yacimiento Leviatán en 2010, el mayor depósito de gas natural del Mediterráneo, en el cual NewMed Energy tiene una participación operativa del 45,3 por ciento.45 Un año antes, en 2009, la empresa, en colaboración con Chevron, descubrió el yacimiento de gas natural Tamar, también en el mar Mediterráneo.46 Juntos, los dos depósitos de gas contienen unos 730 000 millones de metros cúbicos de gas natural y han elevado el estatus de Israel en el mercado energético regional y mundial, lo que representa una fuente de poder geopolítico y económico en la región y más allá de esta.47 Se espera que cubran las necesidades de electricidad de Israel durante 30 años y le permitan ser un exportador regional de gas (entre otros a la Unión Europea, especialmente en el contexto de la guerra en Ucrania). Tanto Egipto como Jordania (como ya se mencionó) actualmente importan gas israelí de los yacimientos Leviatán y Tamar.48
Durante años, Israel negó la reivindicación del Líbano de que una parte del yacimiento Leviatán se encuentra dentro de su zona económica exclusiva.49 Israel también niega la parte que le corresponde al Líbano en Karish, otro yacimiento de gas descubierto por NewMed Energy en 2013.50 En 2022, ambas partes llegaron a un acuerdo injusto mediado por los Estados Unidos, por el cual Israel retiene pleno acceso al yacimiento Karish.51 Líbano solo puede desarrollar el yacimiento Qana, otro depósito de gas en disputa en el Mediterráneo, que podría contener casi 100 mil millones de metros cúbicos de gas natural, a cambio de pagar regalías a Israel. El acuerdo refleja las relaciones de poder asimétricas entre el Líbano, por un lado, e Israel y su firme defensor, Estados Unidos, por otro.52 Mientras tanto, y en respuesta a las reclamaciones de Líbano, Israel intensificó la militarización del Mediterráneo al aumentar la presencia de sus buques de guerra en la región.53 A pesar de avivar las disputas sobre estos yacimientos de gas y fortalecer la posición de una potencia colonial altamente militarizada, a nivel regional y mundial, NewMed Energy sigue destacando su compromiso con el desarrollo de fuentes de energía verde.54
El principal operador y negociador con Israel en lo que respecta a su participación en Qana es TotalEnergies, una empresa francesa que posee una participación del 35 por ciento en el yacimiento. TotalEnergies forma parte de un consorcio que opera en Qana y que incluye a la italiana ENI y a Qatar Energy, una empresa estatal con una participación del 30 por ciento en el proyecto (Qatar Energy reemplazó a Novatek, una empresa rusa que fue excluida debido a las sanciones impuestas a Rusia tras invadir a Ucrania).55 El papel de Qatar Energy en el desarrollo del yacimiento de Qana fue aprobado por el Gobierno israelí,56 lo que hace que Qatar sea cómplice en la normalización con Israel en el ámbito de la energía. Esta normalización abierta por parte de Qatar, que desde la década de 1990 ya tomaba parte en una normalización encubierta, perjudica a los palestinos57 y refleja un patrón reiterado en relación con otros países árabes: el hecho de que Egipto, Marruecos, Jordania y EAU participen en diversos proyectos energéticos (incluidos los proyectos verdes) con Israel o empresas israelíes demuestra que esta relación normalizada ya no es considerada escandalosa por los líderes árabes.
En cuanto a Egipto, otro aspecto importante es que el gas israelí de Leviatán que compra el Gobierno egipcio se extrae y se transfiere a través del control violento e ilegal que ejerce Israel en la zona económica exclusiva palestina,58 lo cual se manifiesta en ataques sistemáticos contra pescadores palestinos por parte de la marina israelí.59
Las relaciones de Egipto con Israel en lo que respecta al gas natural trascienden la electrificación de los hogares egipcios. Egipto e Israel, junto con Chipre y Grecia, integran un consorcio cuyo objetivo es el suministro de gas a Europa desde el Mediterráneo, ahora como parte de las gestiones de la UE para acabar con la dependencia del gas ruso. El consorcio pretende construir un nuevo sistema de gasoductos que transportará gas desde Israel y Chipre hasta instalaciones de licuefacción en Egipto, desde donde buques cisterna lo transportarán a Europa. El proyecto también incluye la construcción de una instalación de licuefacción en la costa oriental de Chipre y la construcción de «una instalación de licuefacción flotante como parte de la expansión del yacimiento Leviatán».60 No queda claro si el gasoducto y el sistema de licuefacción propuestos reemplazarán la construcción prevista del gasoducto del Mediterráneo Oriental (EastMed), pero parece que se está considerando como una alternativa al EastMed, cuya viabilidad ha sido cuestionada.61
Más allá de las formas que adopten los proyectos energéticos en el Mediterráneo, persisten dos hechos importantes. En primer lugar, el sufrimiento bajo el asedio y las experiencias traumáticas de violencia y deshumanización sufridas por los pescadores palestinos y la población en la Franja de Gaza no pueden disociarse de los yacimientos de gas altamente militarizados que Israel controla en el Mediterráneo, ni de los proyectos relacionados con ellos. En segundo lugar, la UE exhibe una vez más su hipocresía al tratar a los pueblos palestinos y del Jawlan como menos humanos que los ucranianos al importar gas israelí como parte de los esfuerzos para responsabilizar a Rusia por su invasión de Ucrania. En cuanto a Egipto y los demás Estados árabes que normalizan relaciones, al firmar tratados de energía sucia en el Mediterráneo participan abiertamente en la deshumanización sistemática de palestinos y sirios a manos de Israel y la UE. La deshumanización de los colonizados y la complicidad de los Estados árabes son encubiertas por la UE e Israel, mientras colaboran en lo que se presenta como una transición hacia un futuro más verde y una economía con menos carbono. En este sentido, presentar al gas fósil como una fuente limpia de energía es, como mínimo, engañoso.62